Solemnes resuenen las voces de amor,
Con gran regocijo tributen loor
Al Rey soberano el buen Salvador;
Dignísimo es Él del más alto honor.
Coro:
¡Alabad, alabad, alabad al gran Rey!
¡Adorad, adorad, adoradle su grey!
Es nuestro escudo, baluarte y sostén
El Omnipotente por siglos. Amén.
Su amor infinito, ¿Qué lengua dirá?
Y ¿quién sus bondades jamás sondeará?
Su misericordia no puede faltar,
Mil himnos alaben su nombre sin par.
Inmensa la obra de Cristo en la cruz,
Enorme la culpa se ve por su luz.
Al mundo Él vino, nos iluminó,
Y por nuestras culpas el Justo murió.
Velad, fieles todos, velad con fervor,
Que viene muy pronto Jesús el Señor.
Con notas alegres vendrá a reinar;
A su eterna gloria os ha de llevar.
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