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Foto del escritorIgl. Presbiteriana Westminster

Apuntando Al Objetivo Correcto


  

 

 

“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre… Jesús les dijo: Yo soy el Pan de Vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás.”

Evangelio según San Juan 6:27, 35

    

       Curiosamente, en la Biblia, la palabra griega que se traduce como “pecado” es “hamartía”. Y “hamartía” significa “errar el blanco”. Es como cuando un arquero que, al disparar una flecha falla su objetivo y no da en el centro, es decir, en el blanco al cual apunta. De igual manera, pecamos cuando erramos, o fallamos, a la perfecta y pura santidad de Dios y hacemos lo contrario a su voluntad expresada en su Palabra. Esto porque en vez de mirar y apuntar al objetivo correcto, desviamos y centramos nuestra mirada en tantos otros lugares que sustituyen al que debe ser nuestro único blanco de perfección.

     Luego de Jesús haber alimentado a más de cinco mil personas de manera milagrosa, con cinco panes y dos pescados, muchos lo vieron como el profeta de Dios. Es decir, como el hombre que podía resolver sus necesidades físicas y sus problemas inmediatos y, por ello, deciden hacerlo rey. Pero Jesús, conociendo sus intenciones los deja solos y se va. Sin embargo, las personas no se dan por vencidos y nuevamente buscan a Jesús hasta encontrarlo. Él conociéndolos muy bien y sabiendo lo que realmente querían; más pan y más comida, les confronta diciéndoles que le siguen por conveniencia, porque les dio de comer y comieron hasta hartarse. Por lo tanto, les deja saber que lo buscan por el motivo incorrecto. Están enfocados en lo pasajero, en lo físico y no en lo realmente importante; en lo espiritual. Es como si les dijera, están errando al blanco porque están apuntando al objetivo incorrecto. Se están enfocando en las dádivas y no en el Dador. Por lo tanto, les aclara: trabajen no por la comida que perece, sino por la que a vida eterna permanece. En otras palabras; mantengan siempre su mirada en el blanco perfecto y apunten siempre al objetivo correcto que es Cristo Jesús. Y para que no les quede duda, les añade: YO SOY el Pan de Vida: el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás.

     Hoy día sigue habiendo personas que se enfocan sólo en las bendiciones y no en Quién bendice, se enfocan en lo pasajero y no en Quién trasciende, se enfocan en las dádivas y no en el Dador, se enfocan en lo creado y no en el Creador y erran al blanco pues no apuntan al objetivo correcto. ¿A dónde miras tú? ¿Dónde apuntas tu mirada?

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