Padre nuestro…
Hoy recordamos la antigua oración en la que fue instruido tu pueblo, cuando decía: “Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”.
Buen Padre…
Hoy debemos admitir cuán incapaces hemos sido de amarte a la altura de tus expectativas.
Decimos amarte…
Pero, debemos reconocer que lo hemos hecho de manera limitada y mezquina. No hemos comprometido todo el corazón, toda el alma, ni todas las fuerzas.
Amante Señor…
Te confesamos que no sólo hemos fallado en amarte adecuadamente. Tampoco hemos sido capaces de amar a nuestro prójimo según la medida de tu amor por nosotros.
Misericordioso Padre…
Te pedimos que nos perdones y que nos capacites para responder a tus demandas de amor. Por Jesús te lo imploramos. ¡Amén!
CONFESIÓN PERSONAL:
PALABRAS DE SEGURIDAD Y PERDÓN:
Ministro: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que aún siendo pecadores, Cristo murió por nosotros”. ¡Amén!
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