Algunos se engañan al buscar los dones del Espíritu en vez de buscar los frutos del Espíritu. Aun cuando valoramos los dones debemos tener cuidado respecto de dónde ponemos nuestro énfasis. El Señor Jesucristo nunca dijo que nos conocerían por los dones, sino que seríamos conocidos por nuestros frutos (Mateo 7:20).
Los dones no son indicio de vida o espiritualidad, porque los dones en una persona son como los regalos que ponemos en el árbol de Navidad. A veces colgamos de sus ramas regalos costosos y están preciosos, pero no tienen vida ni dan fruto porque están muertos, bien porque son árboles cortados o porque son artificiales. Los regalos o dones no dicen mucho respecto a la naturaleza de árbol. Es solamente por medio del fruto que se puede decir algo acerca de un árbol. Si las manzanas son buenas podrán decir que tienen un buen manzano y lo mismo de cualquier árbol.
Por supuesto, lo ideal sería que el árbol tuviera buenos frutos y buenos regalos. Es decir, frutos y dones. Pero si esto no es posible, por lo menos el fruto debería ser bueno. Cualquier cristiano puede disculparse si no tiene dones, pero no tiene disculpa si no posee frutos. El fruto es el producto de un árbol vivo y sano; los dones son algo que se le pone al árbol.
Algunos cristianos han puesto mucho énfasis en Hechos 2:4 en vez de ponerlo, como corresponde en Gálatas 5:22-23, La historia ha demostrado que Hechos 2:4 divide, discípulos suyos por el amor (fruto), no por hablar en lenguas (don). pero Gálatas 5:22-23 une. El Señor dijo que seríamos conocidos como
Sansón tenía dones carismáticos, pero era carnal. Saúl, el primer rey de Israel, tenía don de profetizar, pero era carnal y fue desechado. Así que, si usted se encuentra con alguien que tiene un don, pongamos el de resucitar muertos, no corra presuroso en pos de él. Primero acérquese a ese árbol, no preste atención a las apariencias, sino busque entre las hojas los frutos. Y si no hay frutos desconfíe. Debemos comportarnos así especialmente en estos días en los que reina tanta confusión. Los hijos de luz deben actuar con prudencia y sagacidad.
Juan Carlos Ortiz
Lecturas:
domingo, 5 de junio Juan 14:25-27
lunes, 6 de junio Hechos 1:8
martes, 7 de junio 2 Timoteo 1:7
miércoles, 8 de junio Juan 16:8
jueves, 9 de junio Juan 14:16-17
viernes, 10 de junio Romanos 8:26
sábado, 11 de junio 1 Corintios 12:3
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