Por 10 años, misioneros a Botswana, Roberto y Mary Moffat, trabajaron fielmente sin ni un rayo de ánimo para iluminar su camino. No pudieron reportar ni una sola conversión. En fin, los directores de su misión empezaron a cuestionar la sabiduría en continuar el trabajo. Pero el pensamiento de dejar su trabajo no trajo gran desánimo a esta pareja tan entregada, porque estaban seguros que Dios estaba en sus labores y que con tiempo, podrían ver a la gente entregándose a Cristo.
Continuaron en su trabajo, y por los próximos dos años sólo reinó la oscuridad. Fue entonces que un amigo en Inglaterra mandó palabra a los Moffats que quería mandarles un regalo y preguntó qué es lo que más querían. Confiando de que Dios, más tarde que temprano estuviera bendiciendo su trabajo, la señora Moffat respondió, "Mándanos un equipo para tomar la Santa Cena porque estoy segura de que pronto lo necesitaremos."
Dios honró la fe de esta preciosa mujer. El Espíritu Santo conmovió los corazones de la gente del pueblo y pronto tenían un grupo de seis convertidos y se unieron para formar la primera Iglesia cristiana en este país. Se tardó en llegar el equipo de la Santa Cena, pero lo importante es que llegó un día antes de que esta Iglesia celebrara su primer Santa Cena.
Lecturas:
domingo, 18 de febrero Juan 16:33
lunes, 19 de febrero Salmos 46:1-2
martes, 20 de febrero Isaías 26:3-4
miércoles, 21 de febrero Salmos 27:3
jueves, 22 de febrero 1 Juan 2:17
viernes, 23 de febrero Salmos 27:10
sábado, 24 de febrero Salmos 27:1
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