¡Oh, Padre, eterno Dios!
Alzamos nuestra voz en gratitud
De cuanto Tú nos das con sin igual amor,
Hallando nuestra paz en ti, Señor.
¡Bendito Salvador!
Te damos con amor el corazón;
Y aquí nos puedes ver que humildes a tu altar
Venimos a ofrecer precioso don.
¡Espíritu de Dios!
Escucha nuestra voz, y tu bondad
Derrame en nuestro ser divina claridad,
Para poder vivir en santidad.
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